Salud y seguridad en el trabajo

Emergencia sanitaria y de seguridad 

Cuando un fenómeno peligroso es repentino e imprevisible, se puede hablar de emergencia, término relacionado con el carácter excepcional del suceso, pero, tal como están las cosas actualmente, las muertes en el trabajo no pueden definirse como tales. 

No tiene sentido informar de datos que conocemos perfectamente y que todos los medios de comunicación de masas ponen en nuestro conocimiento, digamos, a diario. 

Pero, ¿qué es lo que no funciona? 

Buscar un chivo expiatorio, una razón por encima de todas que podría ser la clave, es lo más utópico que se puede ser. 

De hecho, no hay un único factor que tenga un impacto negativo, sino una concomitancia de comportamientos, omisiones, laxitud y falta de sinergia entre la ley y su aplicación por parte de los implicados, ya sean controlados o supervisados. 

La escasez de inspecciones mejorará con el aumento de personal previsto por el ministerio competente, pero creemos firmemente que, para desempeñar mejor las funciones que requiere este papel tan delicado, es de vital importancia proporcionar una formación adecuada a los inspectores, que no pueden ni deben encontrarse realizando meras inspecciones, a menudo superficiales y, por tanto, carentes de toda utilidad. 

¿Cuáles son las obligaciones de las empresas? 

Comenzar con una evaluación de riesgos eficaz y correcta es una base esencial para garantizar un entorno de trabajo sano y seguro para quienes realizan su trabajo. 

El documento de evaluación de riesgos (DVR) estima, entre otras cosas, las necesidades y deficiencias que deben reducirse a un nivel de riesgo bajo con acciones a corto, medio o largo plazo. El calendario se evalúa en función de la gravedad del suceso que puede resultar de seguir operando en condiciones de riesgo.  

Entre ellas se incluyen la planificación de emergencias; el mantenimiento ordinario y extraordinario de los equipos; la formación de los trabajadores según el tipo de tarea y el nivel de riesgo de la empresa o del sector concreto; el uso de dispositivos de protección individual y colectiva (estos últimos siempre preferibles a la protección individual); el seguimiento de los accidentes y cuasi accidentes; la sustitución de los equipos por otros de nueva generación; y el fomento de la automatización en los procesos peligrosos.  

¿Cómo castiga la legislación los delitos laborales? 

La Ley Refundida de Protección de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, aprobada por Decreto Legislativo 81 en 2008, incluyó por primera vez dos delitos culposos vinculados a la organización de la empresa y al comportamiento de sus responsables: las lesiones y el homicidio relacionados con accidentes laborales.

Los delitos mencionados, cometidos en violación de las normas de salud y seguridad en el trabajo, se castigan con penas mayores en comparación con los mismos delitos pero cometidos en contextos ordinarios.
A lo largo de los años, lamentablemente, la aplicación de la ley no ha sido inequívoca: la jurisprudencia ha estado dividida en cuanto a la naturaleza jurídica de la obligación o carga de la organización del trabajo.
En demasiados casos, se ha tendido a considerar el cumplimiento como una carga y no como una obligación, de modo que se han reducido las responsabilidades de las empresas.

Para garantizar la seguridad de los trabajadores, ¿basta con proporcionarles equipos? 

La respuesta no es trivial, una declaración pura y simple no es en absoluto suficiente en un ámbito tan regulado y, por tanto, complejo. 

Ciertamente, proporcionar equipos a los trabajadores está en el centro de los deberes/obligaciones del empresario, al igual que el mantenimiento adecuado y no opcional de los equipos. Sin embargo, la normativa considera tan importante la adecuación de la maquinaria como la adaptación de los equipos a la evolución de la tecnología.  

Reproducimos a continuación un pronunciamiento del Tribunal de Casación Penal, secc. IV , 27/10/2021 , núm. 41147

Sobre el tema de los accidentes laborales, la responsabilidad del fabricante, en caso de que el evento perjudicial sea causado por el incumplimiento de las precauciones de prevención de accidentes en el diseño y fabricación de la máquina, no excluye la responsabilidad del empleador, quien tiene la obligación de eliminar las fuentes de peligro para los empleados que deben utilizar esa máquina y adoptar todas las herramientas más modernas que la tecnología ofrece para garantizar la seguridad de los trabajadores; una excepción a esa regla solo puede hacerse en caso de que la comprobación de un elemento de peligro se haga imposible por las características especiales de la máquina o por un defecto de diseño, que no permitan comprobar su existencia con la diligencia ordinaria. (En este caso, relacionado con una máquina conocida como una “ linea de bandaje de aplanado y corte transversal”, comprada diez años antes del accidente y equipada con el marcado CE y un mecanismo para segregar las partes móviles peligrosas, que podía abrirse fácilmente, pero carecía de un sistema de bloqueo automático para las partes móviles, en el que el Tribunal consideró que la responsabilidad del empleador por las lesiones sufridas por un trabajador mientras la limpiaba no era objeto de censura, por no haber adaptado las normas de seguridad a la luz del progreso tecnológico y por no haber instalado mecanismos de bloqueo automático).

¿Qué medidas deben tomarse para dar una respuesta rápida y efectiva a esta emergencia?

En realidad, bastaría con poner en práctica todos los preceptos normativos vigentes en nuestro país, pero ello requiere una cultura de la seguridad por parte de quienes deben garantizarla. Los empresarios juzgan muy a menudo esta cuestión como un adorno innecesario y un gasto desproporcionado en comparación con los beneficios.  

En algunos casos, incluso los trabajadores, sintiéndose seguros de las habilidades que han adquirido con el tiempo, no siguen correctamente las instrucciones que les dan las figuras de seguridad de la empresa, cometiendo errores graves que afectan negativamente a su salud y a la de sus compañeros. 

Los numerosos y continuos cursos de capacitación no parecen dar los resultados deseados.

En este contexto, por tanto, es necesario intervenir con controles internos y externos, inspecciones y sanciones, así como con penas ciertas y severas para los infractores. 

Como se escribió al principio, la sinergia entre los actores es crucial, cada uno está llamado a desempeñar su papel en un contexto tan complejo como la salud y seguridad ocupacional.